El Centauroparadis Virtus-Al me ronda, nos cuenta Roxana, bajo la foto donde nos muestra su nueva morada. La alegría es inmensa, pensabamos que el Centauro se había perdido entre seres ajenos, fríos, indiferentes, pero ahí está, en la intimidad, en la poesía que es simplemente la mesa, el hogar de la bondad, justo en el lugar donde se trabaja, cercano al altar de la creación.
En la Habana, para más detalles de su osadía.
Nuestro parabién, como una sombrilla contra los aires fríos, las malas lenguas, la superficialidad y la prisa; por los sueños y la busqueda humana, esperando que sea el comienzo de otro de sus viajes, interminable al ser.
Esperamos noticias, la primavera está cercana.
Dejemos pues el testimonio del primer descubrimiento del Centauro con Roxana. Es la canción Cuando vuelvo, de William Vivanco.
Vuelvo de algún lugar silente
demorado curado de ir
cada muro me ha mirado
irreverente
pero sabes que de muerte
salgo a revivir
Como nave que lleva su rumbo
como ave que sabe de mar
por un lado mi donaire
echándole una mano al ángel
y a todo lo que arde
Pero de tarde en tarde
girando sobre la ciudad
imaginando a dónde vas
cómo me piensas
Y viene todo a seducir
pero me prendo solo
en ti bajo tu meta
La gente viene como va
mirando que me enamoras tú
que me revuelcas